Hasta hoy las estrategias de los países para enfrentar la pandemia son varias: cuarentena total, cuarentena dinámica, informar a la ciudadanía y dejar que ellos hagan lo que estimen conveniente, o desinformar a la ciudadanía y no adoptar ninguna estrategia hasta que ya sea demasiado tarde. En esta última están España, Brasil y México.
Lo que si es común es que varios gobiernos aprovechan el pánico para recortar la libertad de la ciudadanía y aumentar su control para acercarse a un ideal (para ellos) de estado policiaco.
El extremo máximo es una cuarentena total, pero que no se puede mantener por mucho tiempo a menos que seas un país rico capaz de sostener a su gente sin entrar en una deuda impagable. ¿Y qué pasa después? Durante la gripe española, Australia cerró sus fronteras en una entonces exitosa estrategia que todos debieron imitar, pero cuando llegó el momento de abrir las fronteras nuevamente su población no tenía los anticuerpos y comenzaron a caer como moscas.
En el caso del coronavirus, el porcentaje de gente que desarrolla suficientes anticuerpos para mantenerse inmnune y evitar una nueva infección es tan bajo que aún es posible que se contagien de nuevo.
Otros países prefieren dejar la responsabilidad en los ciudadanos, estrategia que da buenos resultados dependiendo de ciertos factores como: información que se entregue en la población, campañas de prevención y la responsabilidad de la gente.
Esta última estrategia tiene relación con el post anterior de aprender a vivir en libertad. En Chile ya somos famosos por ser los que menos respetamos las medidas más sencillas como mantener distancia y lavarse las manos. Para luego culpar al ministro de Salud por los altos contagios. ¡Orgullo nacional!
Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la UNAB indicó que la estrategia chilena de las cuarentenas dinámicas funcionó bien mientras se realizó en las comunas del sector de más altos ingresos. Para las comunas más populares, donde mucha gente vive al día, no es factible cerrar la comuna ni impedir que la gente salga a trabajar a menos que se quiera que mueran de hambre.
Entonces, no es tan fácil decretar cuarentena y esperar que no hayan consecuencias negativas. Los mismos alcaldes que piden cuarentena total deberían considerarlo. Una proyección de la palabra "Hambre" sobre un edificio en Plaza Baquedano hace unos días, en vez de criticar al gobierno que siempre ha estado en contra de las cuarentenas totales, debiera ser considerado como crítica aquellos que buscan las medidas más estrictas y empobrecedoras.
Si bien valoro las campañas de prevención, el gobierno no debería meterse en la vida de la gente y dejar que salgan a trabajar si asi lo necesitan, porque al final, para quien tiene una familia que mantener su trabajo si es escencial, por mucho que los políticos digan que no lo es.
De momento no existe una estrategia perfecta y mientras no haya una vacuna lo único que se puede hacer es minimizar los daños, y eso depende de todos y no dejar toda la responsabilidad en el Estado, que ya estamos grandecitos.
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