El Arte de la Guerra

Para muchos es un gran libro estratégico que sigue vigente hasta hoy. Para mí, no tanto.

El Arte de la Guerra es considerado un clásico, aunque debo reconocer que no saqué mucho al limpio de él como esperaba. De todas formas es un libro corto, se lee en un rato y está escrito en un sentido práctico.

Se dice que en el mundo laboral se aplican principios de este libro, pero supongo que haciendo varias analogías.

Acá algunas notas que extraje al momento de leerlo:

Notas.

  • La historia tiende a ser cíclica. No repetir los errores de una civilización decadente, a todo esto se llama el Camino y sus leyes.

  • Cada quien es diferente, a cada cual lo suyo. Así es posible asignar a los soldados por sus capacidades, habilidades y encomendarle deberes y responsabilidades adecuadas. El valiente puede luchar, el cui-dadoso puede hacer de centinela, y el inteligente puede estudiar, analizar y comunicar. Cada cual es útil.

  • La estrategia que funcionó ayer, probablemente hoy no sirva. En consecuencia, la victoria en la guerra no es repetitiva, sino que adapta su forma continuamente. Determinar los cambios apropiados, significa no repetir las estrategias previas para obtener la victoria. Para lograrla, puedo adaptarme desde el principio a cualquier formación que los adversarios puedan adoptar.

  • Así pues, un ejército no tiene formación constante, lo mismo que el agua no tiene forma constante: se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose según el enemigo

  • Estar preparado siempre. Si puedes recordar siempre el peligro cuando estás a salvo y el caos en tiempos de orden, permanece atento al peligro y al caos mientras no tengan todavía forma, y evítalos antes de que se presenten; ésta es la mejor estrategia de todas.

  • Sobre la disciplina. Arte civilizado significa humanidad, y artes marciales significan reglamentos. Mándalos con humanidad y benevolencia, unifícalos de manera estricta y firme. Cuando la benevolencia y la firmeza son evidentes, es posible estar seguro de la victoria.

  • Sobre el liderazgo: Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe una satisfacción recíproca entre el líder y el grupo.

  • La mejor victoria es aquella que no se pelea. Una Operación militar significa un gran es-fuerzo para el pueblo, y la guerra puede durar muchos años para obtener una victoria de un día. Así pues, fallar en conocer la situación de los adversarios por economizar en aprobar gastos para investigar y estudiar a la oposición es extremadamente inhumano, y no es típico de un buen jefe militar, de un consejero de gobierno, ni de un gobernante victorioso. Por lo tanto, lo que posibilita a un gobierno inteligente y a un mando militar sabio vencer a los demás y lograr triunfos extraordinarios con esa información esencial.

  • La necesidad de contar con información de primera mano antes de tomar una decisión. La información previa no puede obtenerse de fantasmas ni espíritus, ni se puede tener por analogía, ni descubrir mediante cálculos. Debe obtenerse de personas; personas que conozcan la situación del adversario.