El Último Don es el tercer libro que leo de Mario Puzo, y aunque da la impresión de que sólo habla de mafia y de familias sicilianas (es más, la premisa de este libro es similar a la de Omertà o El Padrino III). Pero lo sabe hacer bien.
Puzo, sabe hacer descripciones, tanto de personajes como de lugares, y puede hacer que el lector piense como ellos, o incluso ver lo que los personajes "están viendo", y es tan detallado que en este libro a veces le jugó en contra. Como la historia giraba casi siempre entre Holywood y Las Vegas, a veces el libro parecía ser un flashback tras otro y un anecdotario gigante sobre productores, directores, actores y guionistas, o de apostadores, buenos y malos jugadores de los casinos, etc. Muchas de estas descripciones podrían borrarse sin afectar para nada el resto del libro, pero ahí estaban, para bien o para mal.
De todas formas, a medida que se avanza en el libro, uno empieza a amarrar cabos y entender porqué algunos integrantes de la familia actuaban de tal o cual forma. Y eso hacía que uno quisiera seguir leyendo para saber dónde iría a parar todo. Además, son notables algunos términos que según El Último Don eran usados en las familias: Omertà, la ley del silencio inquebrantable entre las familias, y su violación tenía como castigo la muerte. Comunión: hacer desaparecer un cuerpo. Confirmación: Hacer que un cuerpo apareciera, por ejemplo, aparentando un suicidio. Fantasía: Armar una compleja historia alrededor de un asesinato para llevar a la policía por un falso camino, y varios términos más.
A quien le guste leer novelas con suspenso, violencia, sexo, frases para el bronce (la marca Puzo), puede poner El Último Don en su lista de deseos.
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