Algo que me costó entender al principio de mi lectura fueron los nombres de los personajes. No sólo que estuvieran en ruso, que de por si los hace difíciles de pronunciar y recordar por un hispanoparlante, sino la variedad de formas de referirse a una sola persona. Por ejemplo tenemos a Avdotia Románovna Raskólnikova, a la que a veces se referían como Dunia, o Dmitri Prokófich Razumijin, al cual mencionaban indistintamente como Dmitri, Dmitri Prokófich o sólo Razumijin.
Y acá es donde encontraba raro, ¿Qué significa Dunia? O por qué a veces se referían a alguien por el segundo apellido. Y acá es donde estaba equivocado, no era el apellido materno. Los nombres no están compuestos por: nombre de pila, el apellido paterno y luego el materno. En ruso (por lo menos en la época del libro) los nombres se componen del nombre de pila, el patronímico (hijo de) y luego el apellido. Así se explica que a veces mencionaban a alguien por el tercer nombre, que en realidad era su apellido.
En español tenemos algo similar con la terminación en "ez": Fernandez = Hijo de Fernando. Pero terminó utilizándose como apellido. Da igual si es paterno o materno. Entonces por ejemplo tendríamos a Juan hijo de Pedro Cuña, que quedaría como Juan Perez Cuña. ¿Se entiende? Si. Raro.
Lo de Dunia, ni idea. Pero por lo menos no estaba escrito como Авдотья Романовна Раскольникова.
Volviendo al libro, el ambiente me sonaba a denso, lleno de humo, miseria, pulgas, piojos y suciedad. Como que todas las calles eran un lodazal, la gente era harapienta muerta de hambre con salvedad de los funcionarios de altos cargos. En todo momento se me hacía presente ese ambiente de una vida en extremo difícil.
El estilo de narración a veces me recordaba a Dumas, como cuando prefería sólo mencionar la primera letra del nombre de un lugar o persona: "y se dirigió al puente V..." en vez de poner el nombre completo, o "romper" la cuarta pared al mencionar al "estimado lector" en el relato.
Otra cosa digna de mencionar era lo extremadamente formal que era la gente en la época del libro. La forma de saludar decía mucho de alguien o de la relación que había entre dos personas. Que alguien se sentara al lado de otro también significaba algo. Cada manera social (sentarse, permanecer de pie, la distancia entre dos personas, etc) tenía algún grado de relevancia que ahora ya no se percibe en la sociedad moderna.
Me gustó el libro, no lo encontré difícil de leer. Creo que aún cuando uno mientras lee se da cuenta que fue escrito hace mucho tiempo, algunas cosas aún parecen vigentes. Al fin y al cabo seguimos siendo los mismos humanos.
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